jueves, 4 de diciembre de 2014

23. "Mira lo que hago", artículo por Javier Marías

Fotografía que inspiró el artículo de Javier Marías y que acompaña al
que escribió Guillermo Altares
Javier Marías escribe en la sección “La Zona Fantasma”, de El País Semanal. En su artículo “Mira lo que hago” comenta que “la imbecilización del mundo es la publicidad”. A raíz de un artículo publicado el 1 de octubre por Guillermo Altares en El País, “Los museos en la era del Selfie”, Marías destaca la fotografía que lo ilustró y la cual reproducimos aquí, donde se aprecia una gran cantidad de gente amontonada alrededor de la Gioconda de Leonardo Da Vinci en el Museo del Louvre de París. De todas esas personas, asegura el escritor, sólo tres observan la obra sin su teléfono móvil en mano. Los turistas, cuenta Marías, parece que se interesen más por las selfies que por las obras de arte en sí, y señala lo desolador de la época en la que vivimos, convirtiendo el mundo en un mero escenario en el que el protagonista es única y exclusivamente uno mismo.

La publicidad, dice, es algo a lo que la humanidad se ha visto sometida desde hace décadas, provocando que, cada vez más, todos queramos ser como aquellos a los que vemos en los anuncios. Partiendo de esta tesis, podemos resumir en cuatro puntos esta “decadencia” de la que se nos habla:

·         Obsesión por el “yo estuve allí”
·         En lugar de pararse a observar, se prefiere sacar una fotografía
·         Los usuarios creen que todo aquello que compartan en Internet será visto por todo el mundo
·         Creciente intención de participar en hechos históricos

Javier Marías da una explicación al nombre del artículo comentando que toda esta necesidad de llamar la atención en el mundo cibernético le recuerda al “mamá, mira lo que hago” de los niños, siempre necesitados de aprobación.

Sin embargo, todas las afirmaciones contundentes y las abusivas generalizaciones que utiliza son fácilmente desmontables, pues la mayoría carece de fundamento. El escritor se ha dejado guiar demasiado por su opinión personal sin tener en cuenta hechos objetivos, y esto lo ha llevado a no argumentar correctamente sus razonamientos. El tono del artículo pretende desprestigiar, quizá, las tecnologías y el uso que les damos, pero analizándolo con detenimiento nos damos cuenta de que, para hablar sobre un tema, es necesario conocerlo en profundidad si realmente queremos que cause impresión.

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