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Fotografía que inspiró el artículo de Javier Marías y que acompaña al que escribió Guillermo Altares |
Javier Marías escribe en la
sección “La Zona Fantasma”, de El País
Semanal. En su artículo “Mira lo que hago” comenta que “la imbecilización
del mundo es la publicidad”. A raíz de un artículo publicado el 1 de octubre por
Guillermo Altares en El País, “Los museos en la era del Selfie”, Marías destaca la fotografía que lo ilustró y la
cual reproducimos aquí, donde se aprecia una gran cantidad de gente amontonada
alrededor de la Gioconda de Leonardo Da
Vinci en el Museo del Louvre de París. De todas esas personas, asegura el
escritor, sólo tres observan la obra sin su teléfono móvil en mano. Los
turistas, cuenta Marías, parece que se interesen más por las selfies que por las obras de arte en sí,
y señala lo desolador de la época en la que vivimos, convirtiendo el mundo en
un mero escenario en el que el protagonista es única y exclusivamente uno
mismo.
La publicidad, dice, es algo a lo
que la humanidad se ha visto sometida desde hace décadas, provocando que, cada
vez más, todos queramos ser como aquellos a los que vemos en los anuncios. Partiendo
de esta tesis, podemos resumir en cuatro puntos esta “decadencia” de la que se
nos habla:
·
Obsesión por el “yo estuve allí”
·
En lugar de pararse a observar, se prefiere
sacar una fotografía
·
Los usuarios creen que todo aquello que
compartan en Internet será visto por todo el mundo
·
Creciente intención de participar en hechos
históricos
Javier Marías da una explicación
al nombre del artículo comentando que toda esta necesidad de llamar la atención
en el mundo cibernético le recuerda al “mamá, mira lo que hago” de los niños,
siempre necesitados de aprobación.
Sin embargo, todas las afirmaciones
contundentes y las abusivas generalizaciones que utiliza son fácilmente
desmontables, pues la mayoría carece de fundamento. El escritor se ha dejado
guiar demasiado por su opinión personal sin tener en cuenta hechos objetivos, y
esto lo ha llevado a no argumentar correctamente sus razonamientos. El tono del
artículo pretende desprestigiar, quizá, las tecnologías y el uso que les damos,
pero analizándolo con detenimiento nos damos cuenta de que, para hablar sobre
un tema, es necesario conocerlo en profundidad si realmente queremos que cause
impresión.
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